Una investigación llevada a cabo por la Liga Contra el Silencio arrojó luz sobre el creciente fenómeno del negacionismo en torno a las ejecuciones extrajudiciales cometidas por el Ejército, mal llamados ‘falsos positivos’, y cómo el uribismo se ha empeñado en desestimar o reducir la gravedad de estos hechos.
El estudio revela que este fenómeno no se basa en desinformación verificable, sino en la opinión de ciertos actores políticos y líderes de opinión que cuestionan la cifra oficial de 6.402 víctimas establecida por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), narrativas que tienen como objetivo socavar la confianza del público e insertar dudas poco razonables.
De acuerdo con la publicación Los principales impulsores de las narrativas negacionistas en Colombia incluyen a:
- Senadora María Fernanda Cabal: Ha cuestionado la cifra de 6.402 víctimas y afirma que esta fue inventada por ONGs afines a la guerrilla. También ha exigido la publicación de los nombres de las víctimas.
- Expresidente Álvaro Uribe: Aunque no niega los ‘falsos positivos’, siembra dudas sobre la cifra y la relación entre la “seguridad democrática” y estos crímenes durante su mandato.
- David Ghitis: Ha cuestionado la cifra y considera que la fosa común encontrada en Dabeiba es un montaje de la JEP.
- Enrique Gómez: Critica la cifra y afirma que los ‘falsos positivos’ son parte de una estrategia para desacreditar al uribismo.
- Jaime Arizabaleta, Miguel Polo Polo y Juan José Lafaurie: Replican mensajes que insisten en tres narrativas: que la JEP inventó la cifra, que los ‘falsos positivos’ son un montaje y que exigen la publicación de los nombres de las víctimas.
De acuerdo con La Liga Contra el Silencio, “la usuaria que más mensajes ha publicado (25) para poner en tela de juicio estos crímenes es la senadora Cabal. Desde febrero de 2012, ha difundido publicaciones en las que indica que los casos han sido “confeccionados” por el Centro de Investigación y Educación Popular (CINEP), una fundación sin ánimo de lucro fundada por los jesuitas, la JEP y la Comisión de la Verdad. A estas instituciones las ha tildado de aliadas de las Farc, el comunismo y de militantes de la “extrema izquierda”.