Por: Jaime Gómez – analista Internacional – Vocero en asuntos de política exterior del partido Iniciativa Feminista de Suecia
¡Hasta que a dignidad se haga costumbre! Así dice una frase que continuamente repite la candidata a la vicepresidencia de Colombia, Francia Márquez en entrevistas, debates y discursos en plaza pública. Pero mas que un eslogan, es una visión que nos dice que la dignidad en Colombia es algo que no se puede dar por dado, es un reto para alcanzar, es una meta por la cual luchar cotidianamente, es una canción cuyo texto escribimos día a día.
La construcción de dignidad implica construcción de democracia. Construcción de democracia implica igualdad y equidad.
Y es que la crítica situación por la que atraviesa Colombia amerita reflexionar sobre las causas que la originaron. No es un hecho menor que las élites hayan estado gobernando Colombia durante los últimos 200 años, tiempo en el cual se han aprovechado los recursos de la naturaleza para explotarlos sin medida a tal punto que hoy vemos como la minería envenena los ríos que cruzan por las comunidades y como la extracción de energías fósiles sirven para procesar materiales que contribuyen al cambio climático que hoy amenaza la vida misma del planeta. Pero no solo eso, también podemos constatar como el respeto a los derechos económicos, políticos y sociales de los habitantes colombianos no son garantizados y se ven aún como una lejana quimera, como el respeto a los derechos humanos no se garantiza y por el contrario, tenemos 6402 civiles asesinados por las armas del estado y que son un recordatorio de la política de seguridad democrática del proyecto uribista e implementada en los últimos 20 años por una élite que desde el aparato del estado, solo se preocupa por garantizar sus propios intereses. Las élites colombianas, con su carácter violento, antidemocrático, racista y patriarcal han contribuido decisivamente para que en Colombia se asesinen cerca de tres mujeres diariamente por el hecho de ser mujeres, figura criminal conocida como feminicidios.
Francia Márquez es una líder ambientalista y feminista decolonial, que durante años ha luchado por los derechos de los grupos afrocolombianos, por los derechos de la naturaleza, contra el racismo, por la igualdad de género y la equidad social y económica. Saludo con alegría la candidatura de Francia a la vicepresidencia, junto a Gustavo Petro a la presidencia, a nombre del Pacto Histórico. Estoy seguro que el programa de gobierno de esta coalición, con medidas para luchar contra el cambio climático, para la construcción de políticas para garantizar la seguridad humana, por los derechos de los pueblos ancestrales, para implementar los acuerdos de paz entre el estado colombiano y las Farc-EP y para aminorar los grandes abismos sociales y de género que contemplan con la propuesta del Ministerio de la Igualdad permitirán que la dignidad se haga costumbre.
Espero que el futuro nos diga que les “nadies”, término que Francia recoge de Eduardo Galeano para denominar a les históricamente excluides, jugaron el papel protagónico que demandaba este cambio histórico en Colombia, que fueron escuchadas y escuchados. Que los cambios implementados permitieron finalmente afirmar que “les nadies” pasaron de la resistencia al poder.
Espero que los resultados de las elecciones del próximo domingo impliquen el empoderamiento de “les nadies”. El pueblo de Colombia necesita un nuevo amanecer en donde pueda vivir sin miedo a ser asesinado, sin miedo a no tener comida en la mesa ni techo sobre la cabeza y sin acceso a servicios de salud, ni a educación. Se trata del disfrute del derecho sublime a la vida y la paz o como Francia dice, se trata de que podamos “vivir sabroso”.