Al menos siete comunidades indígenas han tenido que desplazarse de manera forzada por enfrentamientos entre grupos armados.
Cerca de siete comunidades indígenas ubicadas en la costa del Pacífico de Colombia se han visto forzadas a abandonar sus tierras tras varios enfrentamientos entre el Ejército, el ELN y los paramilitares del Clan del Golfo. Según la ONU, se estima que al menos mil habitantes de Colombia han sido desplazados de sus tierras.
La Armada de Colombia afirma que estos enfrentamientos se dan debido a que la zona es usada como ruta de estupefacientes por su ubicación estratégica cerca a la costa.
Los indígenas, quien viven el día a día en medio de la escasez e incertidumbre por volver a sus hogares, se refugian actualmente en el norte del departamento del Chocó.
“La gente se vio obligada a desplazarse porque los combates se realizan en las mismas comunidades. Amenazan a los líderes locales y ahora se vive situación de hambre, movilidad restringida y enfermedad en niños”, afirmó Higinio Obispo, Consejero Nacional de la Organización Nacional de Indígenas de Colombia.
Las nuevas víctimas de este conflicto armado, son indígenas de la población Embera y Wounaan.
Organismos internacionales han puesto el ojo en este fenómeno, que aunque es ignorado por el mundo entero, se cataloga como una crisis humanitaria.