El Banco de la República de Colombia anunció una reducción de 50 puntos básicos en la tasa de interés, llevándola a 9,75%, su nivel más bajo desde septiembre de 2022. Esta decisión fue impulsada por la disminución de la inflación, que en septiembre se ubicó en 5,8%, inferior al 6,1% registrado en agosto. Además, las proyecciones de inflación para 2024 se revisaron a la baja, situándose en 5,3%.
A pesar de la reducción, de acuerdo con expertos, el entorno económico enfrenta desafíos. La fortaleza del dólar, la caída de los precios del petróleo y la incertidumbre fiscal en Colombia han incrementado la presión sobre la tasa de cambio, lo que podría limitar futuros recortes en la tasa de interés. La incertidumbre fiscal proviene de problemas como el desfase en los recaudos tributarios y la reforma del Sistema General de Participaciones (SGP), en trámite en el Congreso, que podría afectar la sostenibilidad de las finanzas públicas.
El gerente del Banco de la República, Leonardo Villar, enfatizó que despejar las dudas sobre la situación fiscal es esencial para mantener la estabilidad macroeconómica. A su vez, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, quien votó por una reducción mayor de 75 puntos básicos, insistió en que se necesitan recortes más profundos para estimular el crecimiento económico.
Si bien las expectativas del mercado financiero coinciden en que la prudencia será clave en futuras decisiones, se espera que las tasas sigan bajando gradualmente. Esto beneficiaría a los consumidores con tasas de interés más bajas para créditos hipotecarios y de consumo, aunque disminuiría los rendimientos de productos financieros como los CDT.
En ese sentido, aunque la reducción de tasas sigue apoyando la recuperación económica, las presiones inflacionarias y cambiarias, junto con la incertidumbre fiscal, requieren un enfoque cauteloso en las decisiones futuras del Banco de la República.