Por Juan Sebastian SERRANO / AFP
A diferencia de la mayoría de ciclistas colombianos, Egan Bernal no se formó en las cumbres de Los Andes. Antes, se batió en senderos boscosos donde perfeccionó el equilibrio. La carta colombiana en el Tour de France-2019 nació para la élite del deporte sobre una bicicleta de montaña.
Nacido por azar en Bogotá e hijo de un hogar humilde (su padre fue guardia de seguridad y la madre trabajaba en cultivos de flores), Egan se hizo en Zipaquirá, localidad de 126.000 habitantes ubicada a 42 kilómetros de la capital.
Aquí aprendió a sortear las trampas de la naturaleza: los caminos escarpados y sinuosos que comenzó a recorrer todas las mañanas – algunas de neblina – desde los ocho años bajo la guía de Fabio Rodríguez, exciclista gregario de lujo en dos Vueltas a España a principios de los noventa.
Rodríguez entrenó a Egan hasta los 16 años pero todavía ve el rastro que dejó en él.
“Lo vi derrapando en la contrarreloj de la vuelta a Suiza (este año). Un ciclista de ruta normal se hubiera caído, pero ahí él mostró la técnica que aprendió en el ciclomontañismo”, relata orgulloso en declaraciones a la AFP.
– Candidato de lujo -Rodríguez entrena a los jóvenes de Zipaquirá. Su alumno más destacado: Egan Bernal, un joven tímido y menudo que debutó en el ciclismo de ruta hace apenas cuatro temporadas y desde entonces se ha tomado al pelotón por asalto.
En 2017 se coronó campeón del Tour del Porvenir, en 2018 ganó el Tour de California y hace unas semanas se consagró en la Vuelta a Suiza.
Además, acaba de ser nombrado líder conjunto del Ineos (antes llamado Sky), la escuadra más dominante en la historia reciente del Tour de Francia. Fue llamado a llenar las zapatillas del cuatro veces campeón Chris Froome, ausente por lesión.
Egan exhibe un palmarés impresionante para un deportista de 22 años. Ya superó en 2018 a sus compatriotas Miguel Ángel ‘Supermán’ López (25) y Nairo Quintana (29) en la montaña del Tour Colombia 2.1, y viene de defender exitosamente el maillot amarillo en Suiza en una contrarreloj.
Un detalle no menor entre los escarabajos colombianos, históricamente débiles en esta modalidad.
“Es uno de los mejores escaladores del planeta y además tiene una respuesta positiva en la crono”, anota Mauricio Silva, autor de La leyenda de los escarabajos, un libro sobre las hazañas europeas de los colombianos.
Por eso “es un candidatazo” en Francia, enfatiza.
– Salto de calidad – Desde los años ochenta Colombia ha exportado corredores de primera categoría.
Los escarabajos han logrado coronarse en la Vuelta a España, el Giro de Italia y otra decena de carreras prestigiosas. Sin embargo, la prueba más importante del calendario, el Tour de Francia, les ha sido esquiva, a pesar de los cuatro podios que lograron en las últimas seis ediciones. Y sobre Egan recaen las expectativas.
“Es legítimo que la afición colombiana se ilusione, pero todavía nos hace falta verlo correr como líder de equipo en una vuelta de tres semanas”, anota Eddy Jacome, periodista especializado en ciclismo de ruta.
Pero Bernal no se sale de los pedales. “La gente me dice todo el tiempo que puedo ganar un Tour (de Francia), un Giro (de italia ) o una Vuelta (a España) (…) pero yo prefiero pensar en hoy”, dijo en mayo de 2018 a la publicación Cycling Tips.
Días después se coronó en el Tour California. Siempre discreto, Egan no ofrece triunfos y sus ambiciones parecen estar por debajo de sus capacidades:
“Iré (al tour de Francia) con Geraint (Thomas), él será nuestro líder. Yo trataré de ayudarlo”, dijo Egan, vestido de amarillo en Suiza, antes de que su equipo los anunciara como líderes de escuadra.
– La saga Bernal -Hace solo seis años Egan pedaleaba por el mismo sendero por donde ahora avanzan los nuevos pupilos de Fabio Rodríguez. Entre el grupo se destaca Ronald Bernal, de 14 años y único hermano de su alumno más exitoso.
El ruido de una motosierra distrae al entrenador: jóvenes de la edad de Egan cortan un inmenso tronco y lo llevan en hombros hasta un camión. Así se ganan la vida en este este municipio minero y agrícola.
“Yo por eso le digo todo el tiempo a estos muchachos que es mejor madrugar a entrenar en la bicicleta”, comenta Rodríguez.
El éxito de Egan atrae más talento a las redes de Rodríguez. “Cada vez hay más papás que quieren que sus hijos vengan a entrenar”, asegura el entrenador, hasta hace un tiempo el único ciclista con proyección internacional nacido en Zipaquirá.
A pesar de sus compromisos internacionales, Egan sigue estrechamente vinculado a este sitio: es vecino de sus padres, prepara sus carreras más exigentes en las montañas cercanas y luego de sus entrenamientos sale a rodar con su hermano menor.
“Me hacía sufrir mucho (al comienzo), pero con el tiempo le he ido cogiendo amor a la bicicleta”, asegura Ronald. Para Rodríguez no hay duda: dentro de unos años la AFP volverá a Zipaquirá a preguntar por el otro Bernal.