Comienza una nueva fase de tranquilidad en Colombia a partir de este 3 de agosto, con el inicio del cese al fuego acordado entre el Gobierno del presidente Gustavo Petro y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Este acuerdo ha sido alcanzado en medio de las conversaciones dentro de la política de ‘paz total’, un proceso significativo en busca de la reconciliación.
El pasado 15 de julio, se dieron a conocer los protocolos detallados para implementar este cese al fuego bilateral en todo el territorio colombiano. En total, nueve puntos han sido suscritos por ambas partes, abordando aspectos cruciales como el papel de la Iglesia, el monitoreo y verificación, la posibilidad de prórroga o suspensión del cese, y medidas de seguridad y protección.
Este miércoles, los distintos frentes del ELN emitieron comunicados confirmando su acatamiento al cese al fuego, obedeciendo las directrices del Comando Central de la guerrilla. Durante el período estipulado, no llevarán a cabo acciones ofensivas contra la fuerza pública, lo que representa un paso significativo hacia la estabilidad y la búsqueda de una paz duradera.
La esperanza recae ahora en que este acuerdo de cese al fuego pueda allanar el camino para una resolución pacífica y sostenible del conflicto armado en el país, en beneficio de toda la población colombiana. La comunidad internacional observa de cerca este proceso, anhelando que estas medidas sean un paso firme hacia la construcción de un futuro más pacífico y próspero para todos los ciudadanos.