El coronel (r) Jairo Humberto Pinzón Amézquita, confesó ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) la comisión de al menos 53 falsos positivos, que fueron perpetrados a manos de sus hombres, muchos de ellos tenían su conocimiento y aprobación.
Según fue revelado por W Radio, según las declaraciones de quien fue un alto oficial del Ejército, asegurò que la “empresa criminal” a la que se adhirió venía trabajando desde el pasado durante la comandancia del hoy general ( r) Juan Pablo Forero Tascón y de acuerdo con sus palabras, accedió a la comisión de estos homicidios debido a la presión por “muertes” que recibió desde la Séptima División del Ejército.
Entre tanto, según lo señala Pinzón Amézquita, el fenómeno criminal solo tuvo dos objetivos: uno de ellos alimentar el ego de sus comandantes de nivel superior y el segundo mostrar falsamente que la seguridad democrática propuesta por el entonces presidente, Álvaro Uribe, si estaba dando resultados.
“En ese entonces estaba el presidente de la república, Álvaro Uribe, esa era la política de Seguridad Democrática, y en la cual tocaba dar resultados a como diera lugar para que el país viera que esa política de seguridad democrática daba resultados y todo el mundo aplaudía, ¡claro, este es el presidente, este es el ministro, el comandante que necesitamos! pienso con todo el dolor del alma que equivocados estábamos todos” señaló el coronel en retiro.
A su vez resaltó, que dentro del batallón tenían un depósito de armamento clandestino, el cual era administrado por el hoy coronel Jhon Ruiz Aguasaco, en compañía de otros oficiales, allí guardaban armas que eran colocadas a las víctimas luego de asesinarlas; el compareciente aceptó que autorizó la compra de “kits” de legalización que fue comprada con dineros públicos.
“Todo el mundo sabía, claro que sí sabían, el comandante de la Brigada, el comandante de la División, el comandante del Ejército más, todo el mundo sabía, hasta los señores ministros (…) ahí todo el mundo sabía, ahora todo el mundo se hacen los caribajitos, los guev*nes” narró el alto funcionario.
De acuerdo como fue detallado por el medio citado, durante varios tramos de la audiencia el coronel en retiro pidió perdón a las víctimas y se le quebró la voz a punto del llanto, afirmando que su responsabilidad en estos crímenes no lo ha dejado dormir, clasificándose a él mismo una y otra vez como un “delincuente”, señaló que tuvo que asistir a psicólogo por el cargo moral que le generaban los falsos positivos.