Durante la semana pasada la senadora del Pacto Histórico, Esmeralda Hernández, radicó un proyecto de ley que busca prohibir el glifosato en actividades de erradicación de cultivos de uso ilícito en Colombia.
La legisladora aseguró que la aprobación de esta importante iniciativa representa un “llamado contundente al mundo en torno a la superación del fracaso de la lucha antidrogas, con miras a la construcción de paz”.
“Durante más de 30 años nos han fumigado y envenenado con glifosato, una fracasada estrategia contra las drogas que solo nos ha dejado afectaciones a la salud, al ambiente y miseria a los campesinos. Hoy radicamos PL287 de 2023 que va a prohibir el glifosato. Lo vamos a sepultar” indicó Hernández en sus redes sociales.
A su vez y luego de la radicación ante la Secretaria General del Senado, la congresista destacó la importancia de que sea aceptada la política antidrogas, cuyo pilar principal, es el uso del glifosato y la criminalización de los campesinos, el cual muchos políticos lo han denominado como “un modelo fracasado”.
En esa misma línea la congresista reveló que tiene evidencia suficiente que demuestra que el glifosato afecta la vida humana y animal, destruye el ambiente y no ha sido suficiente con la erradicación bajo este modelo.
Para el senador del partido Centro Democrático, el proyecto no es idóneo, argumenta que el glifosato ha probado su eficacia en la lucha contra el narcotráfico en el pasado y resaltó que “en el mandato de Álvaro Uribe, los cultivos ilícitos bajaron a 50.000 hectáreas en el país, pero aumentaron en el gobierno de Juan Manuel Santos”.
Además, añadió que el 90% de productos que se llevan a la mesa se fumigan con glifosato y agregó que, en regiones donde ya se había erradicado esos cultivos, ya empiezan a haber nuevos indicios debido a que los campesinos cultivadores saben que no serán perseguidos.