Tipificar penalmente la desaparición forzada
La primera de las luchas de Umaña Mendoza fue la de tipificar la desaparición forzada en Colombia como causa penal ya que hasta el momento ese delito no existía, pues –en palabras del Secretario del Ministerio de Defensa de la época- “los desparecidos o eran personas que tomaban trago y se desaparecían de sus casas o eran personas que eran contratadas como celadores por la guerrilla”. En la actualidad la desaparición forzada de personas es prohibida por el artículo 12 de la Constitución Política de Colombia y es un delito penal prohibido por la Ley 589 de 2000 y recogido en el artículo 165 del Código Penal colombiano..
No al Servicio Militar
La segunda de sus luchas fue contra el Servicio Militar obligatorio y constituyó de hecho su bandera política cuando se presentó como candidato a la Asamblea Constituyente de 1991. Entre otras cosas se oponía a las redadas que realizaba el ejército en los barrios pobres y periféricos de las ciudades para forzar a muchachos que en muchos casos todavía estaban estudiando o eran el sostén económico de sus familias. Esta prohibición finalmente llegó con la ley 1861 del 4 agosto de 2017 – Ley que, por lo que a diario se denuncia en redes sociales, los militares aún no respetan-.
La no aplicación de la Justicia sin Rostro a los líderes de la Protesta Social
La tercera de sus luchas fue la de impedir la aplicación de Justicia Sin Rostro a la Protesta Social –estrategia creada durante el Gobierno de César Gaviria para posibilitar el juzgamiento de los todo poderosos narcos y que consistía en que en los procesos, los jueces, los fiscales y los testigos fueran anónimos: sin rostro. Justicia sin Rostro que finalmente fue empleada únicamente para incriminar injustamente a sindicalistas, a defensores de derechos humanos y a sospechosos de pertenecer a las guerrillas- Fue tal el fracaso de esta Justicia que la mismo ONU la denuncio múltiples veces, en una de esas ocasiones alertando sobre “la existencia de personas que han hecho de la delación su sustento económico (EC/CN.4/1998/16).
La defensa de los bienes públicos
La cuarta causa fundamental en la vida de Umaña Mendoza fue la defensa de los bienes públicos, ejercicio que materializo a través de su defensa de los sindicalistas de Telecom, ETB y Ecopetrol (la USO), entre otros. Defensas, casi siempre gratuita, o pagada con canastas de huevo, plátano o frutas que era lo único que podían pagar sus defendidos.
Combatir la criminalización de la Protesta Social en Colombia y el mundo
La cuarta y la más importante de las luchas en la que se empleó a fondo Umaña Mendoza, en palabras de Camilo Umaña –su hijo- fue la de combatir la criminalización de la Protesta Social. Esta lucha fue su constante y la llevó a cabo no solamente defendiendo a los que protestaban: principalmente los sindicalistas de la USO, Unión Sindical Obrera de Ecopetrol, los de la ETB y los de la extinta Telecom, sino y además escribiendo sobre el tema, defendiendo sus tesis en los medios de comunicación que se lo permitían y siendo miembro de diferentes entidades internacionales que compartían sus pensamientos en el sentido de que la protesta social no solo era legitima sino también altamente positiva. Fue tanto su tesón e influjo en este tema que consiguió que el mismo Papa Juan Pablo II se refiriera al asunto, particularmente manifestando su preocupación por la retención y judicialización de unos sindicalistas de Telecom.
Infelizmente, y en Colombia esta lucha sigue siendo totalmente vigente porque y a pesar de que el derecho a la protesta está garantizado por los artículos 20 y 37 de la Constitución, la Ley 1453 del 24 de junio del 2011, conocida como de “seguridad ciudadana”, que reforma entre otros el Código Penal y el Código de Procedimiento Penal, mantiene una perspectiva puramente represiva de la Protesta Social.
Bien, sé que me quedo corto con este conteo, porque claramente y cuando se habla de causas justas; Umaña Mendoza le jaló a todo, sin embargo, déjenme citar, para finalizar, algunas de sus otras luchas, aunque solo sea a título de mención: objeciones al Fuero Militar, objeciones a la manera en que el país aceptaba “domésticamente, como un perro” la intervención de los estados extranjeros y, por último, la incesante lucha contra la sempiterna tortura política en Colombia.
Paz en su tumba a este gigante de los derechos humanos y el paradigma por excelencia del luchador por las causas justas y necesarias.