Esta semana fue noticia nacional la salida intempestiva de ‘Matador’ del diario El Tiempo luego de la “revelación” que hizo el polémico abogado Abelardo de la Espriella sobre un hecho de violencia intrafamiliar cometido hace diez años por el caricaturista en contra de su esposa Alejandra María Valencia, “revelación” que fue sin consentimiento de la víctima, con la suplantación de su voz y con la única intención de perjudicar a Matador.
Por medio de un video cargado de simbolismos, Abelardo de la Espriella compartió sin el más mínimo tacto un audio en el que se escucha el relato de cómo efectivamente Alejandra María Valencia fue víctima de una grave agresión física por parte de su esposo Julio César González Quiceno, más conocido como Matador, en el año 2013.
La intención de De la Espriella fue evidente desde el principio: atacar a Matador a como diera lugar después de que el caricaturista publicara una imagen en su contra. “¡EXTRA! “La payasa pirotécnica” y psicópata, @Matador000, estuvo capturado en 2013. Resultó ser un matoncito que golpea a sus parejas. Aquí están todos los detalles que develan al despreciable”, expresó el abogado en su cuenta de twitter junto al material audiovisual.
No obstante, tal como indicó Alejandra María Valencia, el trato que le dió De la Espriella a una información que es privada y que solo estaba en poder de la Fiscalía, vulneró sus derechos como víctima y trajo consigo graves consecuencias sociales y emocionales tanto para ella como para los integrantes de su familia.
“Los intereses de cualquier malintencionado priman sobre la justicia, cómo la Fiscalía y con qué derecho violan mi honra, mi dignidad, mi integridad y la de mi familia y sobre todo la de mi hijo menor (…) todo esto hacía parte de mi vida privada, esto no debió pasar”, señaló Valencia en un medio nacional sobre el hecho.
Respecto al hecho, Valencia también fue enfática en aclarar que por decisión voluntaria ella perdonó a Julio Cesar al ser un hecho que se dió en una sola oportunidad y que lograron reconstruir su hogar, esto insistiendo en que nada justifica la violencia intrafamiliar y no debe existir ningún tipo de tolerancia en estos casos, no obstante, reiteró que la publicación de este hecho del pasado fue utilizada con una doble intención completamente repudiable.