Este martes el primer ministro de Japón, Yoshihide Suga anunció que este país vaciará en el pacífico, de modo gradual, un millón de toneladas de agua contaminada procedente de la central nuclear de Fukushima.
Al parecer, el Gobierno Nipón ha aprobado que se lleve a cabo este polémico proyecto que ha sido discutido durante dos años y que tiene como oponentes a sus países vecinos como China y Corea del Sur, organizaciones medioambientales y el sector pesquero local.
A través de un comunicado, el Gobierno hizo el anuncio indicando que el vertimiento no representa peligro para el medioambiente o el ser humano. Asimismo, recalcó que se habrían realizado consultas a la operadora de la planta, Tokyo Electric Power (TEPCO), la agencia reguladora del sector nuclear, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) y las autoridades locales de Fukushima.
Según informan medios internacionales, el agua contaminada de la planta procede de la mezcla que se utiliza para enfriar los reactores con la que se filtra del subsuelo, procedente de las lluvias y de acuíferos subterráneos. La planta cuenta con un sistema de procesamiento que elimina la mayor parte de los elementos radiactivos peligrosos, a excepción del tritio, un isótopo del hidrógeno presente de manera natural en el medioambiente.
De acuerdo a lo indicado por el primer ministro, El vertido comenzará en dos años y tardará décadas en completarse. Antes de echarse al mar, el agua contaminada volverá a procesarse para eliminar los isótopos radiactivos, y se diluirá hasta alcanzar los estándares internacionales.
Por su parte, el Gobierno surcoreano ha convocado de inmediato una reunión de urgencia para examinar las consecuencias del vertido de agua contaminada al océano pacífico. En un comunicado, Seúl ha declarado que se opone “firmemente” al vertido, una posición que también ha expresado Taiwán. China ya había expresado un día antes su negativa más tajante a la medida.
La organización ecologista Greenpeace en Japón también ha rechazado tajantemente el proyecto, señalando que “hace caso omiso de los derechos humanos y el Derecho marítimo internacional”.