La farmacéutica Pfizer le pidió a algunos países Latinoamericanos poner sus activos soberanos como edificios de embajadas y bases militares, como garantía para cubrir cualquier demanda, revela esta investigación liderada por el Bureau of Investigative Journalism.
El medio de comunicación peruano “Ojo Público” quien trajo al idioma Español esta investigación, asegura que por estas exigencias algunos países tuvieron tres meses de retraso en el acuerdo de compra de las vacunas.
Además de pedir los activos soberanos, los negociadores de la compañía exigieron una cláusula adicional contra cualquier reclamo civil que los ciudadanos pudieran presentar si experimentaban problemas de salud después de ser vacunados.
Un funcionario que estuvo presente en las negociaciones de un país Latinoamericano dijo que el gobierno sentía que estaba siendo “chantajeado” para acceder a vacunas.
“Las compañías farmacéuticas no deberían usar su poder para limitar las vacunas salvadoras en países de ingresos bajos y medios”, dijo el profesor Lawrence Gostin, director del Centro Colaborador de la Organización Mundial de la Salud en Derecho de Salud Nacional y Global
En conclusión, si un ciudadano sufre un evento adverso después de ser vacunado puede presentar un reclamo contra el fabricante y, si el fallo sale exitoso, el gobierno pagaría la compensación.